en BAVOICE


Edición impresa: del 10 de junio al 10 de julio de 2010

Un ascensor y dos mujeres desesperadas

Un ascensor en un edificio de departamentos. De repente, se detiene. Dos mujeres quedan atrapadas. La luz se prende y se apaga. La inquietud empieza a ganar la escena. Gritan. Se asustan. Se enojan. Hasta aquí, nada demasiado revelador, una película conocida. De aquí en mas, cuando ellas empiecen a intentar relacionarse, a conocerse, el espectador empieza a vivir esa misma aventura. Nada fácil. Una es extrovertida, divertida (así parece), abierta, desprejuiciada. La otra, muy diferente: reservada, estructurada, hiperprofesional. Las palabras van y vienen, arrancan sonrisas, llevan a la reflexión. Los gestos son elocuentes: despiertan empatía, generan rechazo. Es fuerte ver cómo, en ese pequeño espacio, se alejan y se acercan. Lo intentan, ponen voluntad. Juegan para matar el tiempo. Se aflojan y, en el transcurrir de la obra, se entregan a la confesión. De repente, están ahí, una frente a la otra, muy cerca, peligrosamente cerca. Todo cambia, lo imposible se torna posible. Y el final… el final es impredecible

Suena la alarma

Entrepiso no es una obra más. Es un acierto en todo sentido: una propuesta original, ágil y concreta. Su escenografía es simple; el vestuario, adecuado; la música, ideal. La dirección de Micaela Fariña y las actuaciones de Paula Liuzzo y de Pilar Murano, impecables. Los 60 minutos que dura son intensos, uno se convierte en un vecino más, y hasta puede llegar a tomar posición por una u otra vecina. Por supuesto, esta obra ha sido premiada: ganó el Estrella de Mar 2010 como Mejor Espectáculo Teatro Off. Y recibió nominaciones: al Premio Argentares y en el rubro Actuación Protagónica de Comedia. Merecidos, y van por más.

Pie de foto: Un ascensor de un edificio de departamentos. Dos mujeres quedan atrapadas. Muy parecido a la realidad, aunque nada es lo que parece.