Diario LA NACION


Dos mujeres en un entrepiso

Humor y cruce de personalidades en una propuesta pequeña pero amena
Nuestra opinión: buena .

Una creación colectiva a partir de una situación y un hecho fortuito desembocó en un trabajo de ribetes desopilantes que ya lleva varios meses en cartel. Dos vecinas toman el ascensor en sus aparentes rutinas y quedan atrapadas en un entrepiso. Allí permanecerán unas cuantas horas, a través de las cuales afianzarán un vínculo eventual que dará permiso a un cruce de personalidades con consecuencias a descubrir.
Las situaciones están bien pensadas y jugadas y, con ellas, logran una trenza dramática con permanentes pinceladas de humor. Todo parece ir a buen puerto y hace pasar un buen rato al espectador, aunque en algún momento la dramaturgia toma un giro melodramático que desconcierta. De todas formas, eso no invalida todo lo positivo que tiene la pieza.
Es muy interesante descubrir a dos actrices como Paula Liuzzo y Pilar Murano, cada una de ellas en pinturas exactas de estos dos personajes reales y queribles. El vínculo entre ambas es muy potente y eso también se debe a una atenta dirección de Micaela Fariña.
Santiago Rey, en la escenografía, y Matías Massat, en las luces, tienen un importante rol en esta sencilla pero amena propuesta.

Pablo Gorlero


Dos mujeres varadas en un ascensor

En ese pequeño espacio dos vecinas casi desconocidas se ven obligadas a esperar ayuda. Con la dirección de Micaela Fariña, las actrices Pilar Murano y Paula Liuzzo hacen “Entrepiso”, obra que ganó el Premio Estrella de Mar 2010. Mirá el video.
En “Entrepiso”, dos vecinas se quedan atrapadas en un ascensor. Ambas tienen 28 años pero sus vidas son muy diferentes. En ese pequeño espacio se entremezclan sus sensaciones, se acortan las distancias y los límites se tornan confusos. La obra –que se presenta todos los viernes en El Tadrón (Niceto Vega 4802)- ganó el Premio Estrella de Mar 2010 como mejor espectáculo del teatro off en Mar del Plata y fue nominada al Premio Argentores.
Bajo la dirección de Micaela Fariña, las actrices Pilar Murano y Paula Liuzzo concibieron la obra principalmente a través de improvisaciones. En cada ensayo, dos personajes se encontraban en un espacio común y allí las situaciones sucedían, aparecían, se develaban. Un día, probaron un lugar reducido, donde ellas se quedaban encerradas y esperando. Luego decidieron que todo transcurriría en un ascensor.
El espectador conoce a dos personas al mismo tiempo que ellas se conocen entre sí. Hace algún tiempo están ahí, gritando, probando salidas y nada funcionó. Se encuentran en situación de espera y, como explica Micaela, “el fracaso está presente”.
Situaciones sorpresivas y actuaciones convincentes dan vida a personajes que “se ven obligados a muchas cosas, a exacerbar todo su ser –dice la directora-, y es ahí donde se permiten ser realmente lo que son”. El juego de luces colabora con las situaciones, fusiona las escenas y genera mucho más de lo que podría ser mostrado.
Las funciones son los viernes a las 23 horas en El Tadrón (Niceto Vega 4802). Las entradas están $30 y para estudiantes y jubilados, $25. Para más información, comunicate al 4777-7976 o ingresá a la página web de la obra.
Y vos, ¿qué sentirías si te quedás atrapada en un ascensor? ¿Te pasó alguna vez? Una de ellas experimentó esa sensación en la realidad justo cuando estaba comenzando a ensayar esta obra. ¡Enterate quién fue y qué le pasó mirando el video!
http://www.entremujeres.com/espectaculos/cine-y-teatro/mujeres-varadas-ascensor_0_340165989.html

OTRA VUELTA DE TUERCA
Por: Mónica Berman 30/8/2010

"Además fui perdiendo la luz: apenas veía el dorso de mi mano cuando la pasaba por delante de los ojos", Felisberto Hernández.

La luz es lo que pierde el personaje de El acomodador y no la vista. En ocasiones, la focalización determina lecturas de lo más diversas.
Porque Entrepiso es una historia muy pequeña y sencilla. Dos mujeres jóvenes se quedan encerradas en un ascensor y asistimos a ese momento de encierro temporario y forzado.
Sus actitudes son diametralmente opuestas: una tranquila, sosegada, infantil y lúdica. La otra, correcta, seria, urgida por el tiempo.
En principio, sobre esta tensión se construye la propuesta. Y es interesante pensar (como cuando se observa la luz y no los ojos) cómo reaccionan las personas ante cosas que las descolocan, que les quiebran la rutina. No las grandes tragedias, aquello del tenor de Dios o del destino, sino las pequeñas cosas, sin peligro aparente.¿Qué otra cosa es, si no, quedarse encerrado en un ascensor? Aun más: la propuesta ni siquiera plantea que alguna de las dos sufra de claustrofobia (lo que pondría la obra en otro lugar, sin duda). Simplemente (no tanto) hay unos papeles que entregar, cuestiones laborales pendientes.
Eso, nada más ni nada menos.
Y se dedican a conversar y a partir de allí a armar el relato que nos presentan, pero también harán algunas cosas extrañas para la situación, como jugar al tutti frutti (con explicación del puntaje, incluida).
Por otra parte, y eso puede observarse hacia el final, lo otro que aparece de manera manifiesta es cómo a veces los indicios no son asumidos como tales. Un reguero de informaciones, de datos, de cuestiones obvias, pasa por delante de los ojos y sin embargo no se lo ve. No se puede, tal como se dice "atar cabos". ¡Y cuán diferente es la cuestión cuando se la mira parcialmente y cuando se está en posesión de una supuesta totalidad! Porque sí: aquí existe una propuesta de "totalidad", de juego con las intenciones, de elecciones particulares.
Entrepiso va poniendo de manifiesto ciertos elementos, elige decir algunas cosas y no otras. Luego entenderemos que una sabe algo que ni la otra ni el público saben, porque ésta es una obra con una vuelta de tuerca, que por supuesto es necesario no revelar.
El saber muchas veces, y ésta no es una excepción, es el motor de la acción. Todo lo que sucede tiene que ver con la manipulación de alguien que sabe. Y entonces, ya no será el destino o Dios, sino un otro que se atribuye parte de sus propiedades y asume un rol que no es el suyo.
En fin: cosas pequeñas, máscaras que caen, palabras que se dicen y que no se dicen. ¿Cuánto cabe dentro de la cabina de un ascensor momentáneamente detenido?

http://www.alternativateatral.com/critica268-otra-vuelta-de-tuerca

Diario Uno - Santa Fe

Fragmento de la nota:

Una recorrida por lo mejor del teatro

Buenos Aires ofrece una vasta agenda en lo que respecta al mundo teatral. Escenario propone una pasada por lo más destacado del género en las grandes salas y las no tan destacadas. Es sabido que, habitualmente, Buenos Aires ofrece un vasto menú de actividades artísticas, incluyendo las teatrales. Recorrer, por ejemplo, la avenida Corrientes implica encontrarse con carteleras (y espectáculos muy convocantes).
...
Pero, como suele suceder, mucho de lo bueno que puede apreciarse en los escenarios capitalinos se representa, por lo general, en el off Corrientes, en esas pequeñas salas de barrios que funcionan los fines de semanas, ya sean por Palermo, Almagro o San Telmo, entre otros. Y hacia ahí apuntamos en nuestro periplo teatral, y podemos asegurar que encontramos piezas (con montajes e intérpretes incluidos) sumamente relevantes, aunque no haya sobre sus escenarios figuras de renombre.

Ascensor al cadalso

Una de las buenas obras que pueden verse en estos escenarios es Entrepiso (en el Tadron Teatro, en la esquina de Niceto Vega y Armenia), que pertenece a Pilar Murano, Paula Liuzzo y Micaela Fariña, con actuación de las dos primeras y dirección de la tercera. La anécdota es simple: dos mujeres (jóvenes ellas) quedan encerradas en un ascensor que se descompone justo en un entrepiso; son vecinas del mismo edificio y con sus gritos relaman auxilio al encargado, que no las escucha. Se resignan a esperar que el elevador vuelva a funcionar, mientras se impacientan, se ponen nerviosas, después se calman y se dedican a conversar de cualquier cosa, de cuestiones domésticas, después cuestiones personales relacionadas con sus propias vidas y, a la postre, lo que despuntaba como una comedia, pasa a ser un drama que termina en una tragedia, ahí mismo, en el espacio reducido del ascensor. La obra en sí es ingeniosa (por su tratamiento, por su desenlace y hasta por esa imprevista vuelta de tuerca final). Pilar Murano y Paula Liuzzo se destacan en todo momento en ese juego de situaciones y conflictos que dura tan sólo una hora. Son dos intérpretes muy dotadas e inmejorablemente dirigidas por Fariña, recordando que entre las tres pergeñaron esta pieza singular y, como decíamos, que bien podemos calificar como excelente.
...

http://edimpresa.unosantafe.com.ar/04.08.2010/noticias/42069_Una+recorrida+por+lo+mejor+del+teatro.html

en BAVOICE


Edición impresa: del 10 de junio al 10 de julio de 2010

Un ascensor y dos mujeres desesperadas

Un ascensor en un edificio de departamentos. De repente, se detiene. Dos mujeres quedan atrapadas. La luz se prende y se apaga. La inquietud empieza a ganar la escena. Gritan. Se asustan. Se enojan. Hasta aquí, nada demasiado revelador, una película conocida. De aquí en mas, cuando ellas empiecen a intentar relacionarse, a conocerse, el espectador empieza a vivir esa misma aventura. Nada fácil. Una es extrovertida, divertida (así parece), abierta, desprejuiciada. La otra, muy diferente: reservada, estructurada, hiperprofesional. Las palabras van y vienen, arrancan sonrisas, llevan a la reflexión. Los gestos son elocuentes: despiertan empatía, generan rechazo. Es fuerte ver cómo, en ese pequeño espacio, se alejan y se acercan. Lo intentan, ponen voluntad. Juegan para matar el tiempo. Se aflojan y, en el transcurrir de la obra, se entregan a la confesión. De repente, están ahí, una frente a la otra, muy cerca, peligrosamente cerca. Todo cambia, lo imposible se torna posible. Y el final… el final es impredecible

Suena la alarma

Entrepiso no es una obra más. Es un acierto en todo sentido: una propuesta original, ágil y concreta. Su escenografía es simple; el vestuario, adecuado; la música, ideal. La dirección de Micaela Fariña y las actuaciones de Paula Liuzzo y de Pilar Murano, impecables. Los 60 minutos que dura son intensos, uno se convierte en un vecino más, y hasta puede llegar a tomar posición por una u otra vecina. Por supuesto, esta obra ha sido premiada: ganó el Estrella de Mar 2010 como Mejor Espectáculo Teatro Off. Y recibió nominaciones: al Premio Argentares y en el rubro Actuación Protagónica de Comedia. Merecidos, y van por más.

Pie de foto: Un ascensor de un edificio de departamentos. Dos mujeres quedan atrapadas. Muy parecido a la realidad, aunque nada es lo que parece.

Comentario de Nepo Sandkuhl

ENTREPISO 02/08/2010

UNA COMEDIA CON MUCHA INTRIGA

“Una situación inesperada hace que un encuentro habitual se transforme. Un ascensor, lugar de paso diario, se detiene. En él: dos mujeres, solo resta esperar. Lo incómodo comienza a asfixiar, agobiar, llegando a límites absurdos. Todo cambia, las distancias se achican. Sus historias se mezclan, ellas se divierten, se confunden, se enojan, se apasionan. Se ven. Los lugares pequeños permiten que grandes cosas sucedan.
Espectáculo ganador del premio Estrella de Mar 2010 "Teatro Off". Nominado: Premio Argentores/Actuación protagónica de comedia.”
“Entrepiso” de Micaela Fariño, Paula Liuzzo y Pilar Murano es un juego exquisito para los sentidos que ellas ponen en escena buscando en ciertos parámetros de una intriga muy psicológica pero con bastante humor.
Al principio uno cree que es otra comedia u otra tragedia que va a sucederse en la situación de estar atrapados en algún asensor, provocando así en quienes están atrapados muchas confesiones de lo terrible que es su vida, sacar toda la angustia y por eso merecen morir. Hay algo de eso, pero la utilizanción de los elementos mencionados en esta propuesta denominada “Entrepiso” traspasa aquello, los utiliza de otra manera, llevandolos a un tono del policial psicológico.
“Entrepiso” es una buena propuesta donde cada momento es disfrutable, que ayuda a la reflexión, donde poco a poco la intriga se va develando, y nos deja espectante para conocer y saber que situación vendrá a continuación. Donde las actrices Paula Liuzzo y Pilar Murano transitan de muy buena manera, con mucho trabajo desde una estética realista, al igual que la propuesta de escenografía, de vestuario y del trabajo en conjunto.
“Entrepiso” esta comedia de policial psicológica está todos los viernes a las 23:00 en Tadron Teatro, Niceto Vega 4802, reservas al 4777-7976.

http://neposandkuhl.blogspot.com/2010/08/entrepiso.html

comentario de Show on Line

Calificación: Excelente
Recomienda: Natalia Soledad Mariñas

Un viaje en descenso en una mañana laboral, 2 mujeres quedan atrapadas en el espacio reducido del ascensor del edificio donde habitan.
Horarios, responsabilidades, y el tiempo que pasa dentro y fuera sin poder hacer nada para llegar a ellas, solo esperar que alguien las escuche y las rescate de la situación.
Mujeres veinteañeras, con las vidas frescas y muchas energía. Se encuentran con el choque de personalidades y diferentes filosofias de vida. Partiendo desde actividades diversas, como un estudio de abogados y una dietetica. Donde las actividades y presiones laborales mantienen una larga distancia.
Manejos de luces y música logran el cambio de situaciones, sensaciones y misterio en esta historia. Siempre manteniendose dentro del lugar.
Dos vecinas con poca comunicación entre ellas hasta el día del accidente. Trapitos al sol de una vieja situación aparece.
Juegos, charlas, complicidad y peleas surgen en todo el tiempo que aunque no quieran estan obligadas a compartir. Cuando la situación apremia, logran sacar de ellas confesiones y relatos que quizas antes nadie habia escuchado de sus bocas. Una liberación flota en el ambiente, chocando las energias en el aire, un inesperado final aparece.


La obra en El Tadron Teatro, para finalizar una semana laboral, un lugar para dispersarse antes o luego de una cena que además pueden optar por disfrutarla en el Café local.
Donde aromas y sabores orientales los trasladaran a las tierras.
Un lindo plan para un viernes....en este caso de Invierno donde el frío queda del lado de afuera.

http://www.showonline.com.ar/RecomendacionesId.php?id=45

Leedor.com


Una obra escrita por tres mujeres sin nada impuesto de antemano
La dramaturgia esta plagada de situaciones que se suceden en el cotidiano, posiblemente desde una perspectiva femenina (sin desmerecer este término). No hay nada extravagante, sino por lo contrario: el foco esta puesto en el detalle de lo que nos sucede cuando nos vemos inmersos en una situación que no planeamos: puede surgir la desesperación, la resignación, una conversación banal, un acercamiento, una pelea; hasta que de alguna forma, forzados por el destino, nos vemos obligados a desenmascarar lo que realmente somos.

Esta dramaturgia nace de una serie de improvisaciones que van tomando forma a lo largo de los ensayos. Sin nada impuesto de antemano. Esta metodología deja entrever la naturalidad con la que se lleva a cabo esta obra. Las actuaciones fluyen en un devenir de ideas y propuestas, como si las reacciones fueran improvisadas en el aquí y ahora. Esto no le quita precisión a las acciones físicas de los personajes, sino que por el contrario, convierte en natural lo ya ensayado. Personalmente lo vivo como un logro cuando una obra puede reproducir la misma estructura sin perder la frescura en sus acciones. Una función elíptica nos pone en situación temporal. Dos mujeres encerradas en un ascensor. La propuesta espacial es en sí misma un mundo a explorar: el encierro produce un acercamiento físico del cuerpo del actor para con su partener. El desafío estaría en generar distancias reales para crear un juego interesante. En Entrepiso, un ascensor es la única escenografía que aparece con una forma tal que produce una sensación de terminación en punto de fuga, al mejor estilo de la perspectiva matemática que se utilizaba en el Renacimiento. El espacio es recorrido en todas sus posibilidades y ambas actrices equilibran lo equilibran, llenando esos huecos vacíos que se generan. El diálogo ayuda a crear distancias cuando físicamente no las hay. Pero esa no es la única función: dice lo que no se tiene que decir y deja entrever la resolución de la historia, conduciéndonos con pequeños indicios a pensar que algo más sucede detrás de lo que se habla.

La iluminación acompaña a la obra sin tomar protagonismo, excepto cuando sirve como puente para generar estas elipsis que se proponen para adentrarnos en la historia.

Entrepiso es una apuesta a la actuación y a los climas que ésta puede generar. El final es sorpresivo pero a la vez es conocido. Es una posible resolución entre tantas otras.

Publicado en Leedor el 15-07-2010
Por Agustina Barbosa
http://www.leedor.com/notas/3774---entrepiso.html

Teatros Argentinos


LUNES 5 DE JULIO DE 2010

ENTREPISO

(en Tadrón Teatro)




En Tadrón Teatro, Niceto Vega 4802 esq. Armenia, pudimos disfrutar de la obra "Entrepiso" de Pilar Murano, Paula Liuzzo y Micaela Fariña.
La historia transcurre en un ascensor que se detiene fortuitamente; en él "viajan" dos mujeres que deberán compartir ese reducto, a pesar de sí mismas.
Una de ellas es Cora (Pilar Murano), abogada, rígida, estructurada, apurada por llegar a tiempo a su trabajo.
La otra es Lara (Paula Liuzzo), joven, graciosa, ella es más libre que su compañera de desventura y quien parece tomar ese "accidente" con mayor soltura. Así las presenta la dramaturgia, muy distintas entre sí. Este hecho fortuito las obligará a compartir ese ascensor, las mostrará por momentos tensas, entretenidas, aburridas, impacientes, nerviosas, resignadas.
La espera resultará tediosa y ambas mostrarán distintos rostros de sí mismas, distintos estados de ánimo. Por momentos se las verá enfrentadas, obligadas a compartir esa espera absurda, buscando la manera de pasar el tiempo.
Llegarán las charlas más amenas, confesiones, dudas, lágrimas, enojos, risas, reproches, momentos incómodos y el desenlace inesperado.
"Entrepiso" es una historia bien contada, entretenida, dinámica y original. La dramaturgia conduce al espectador y lo sorprende con la misma solvencia.
Paula Liuzzo y Pilar Murano en la piel de Lara y Cora, nos presentan a sus criaturas definiendo bien los caracteres de cada una, conduciendo a ambas de manera natural.
El diseño y realización de escenografía de Santiago Rey es un acierto que suma a la puesta. En un pequeño espacio consigue recrear un ascensor y, junto al acertado diseño de luces de Matías Massat, hacen que el conjunto redunde en un óptimo resultado.
El vestuario está a cargo de María Laura de Benito y la música original es de Agustín Flores Muñoz.
Con una buena dirección de Micaela Fariña; se destaca la puesta en escena, en la que Fariña logra centrar toda la acción en ese pequeño espacio, dándole libertad a las actrices y al mismo tiempo, la sensación de asfixia cuando es necesario. Esta joven talentosa nos brinda un espectáculo limpio a la vista del espectador y hace de "Entrepiso" una obra interesante y atractiva que logra cautivar y sorprender al público.
Entrepiso fue ganadora del premio Estrella de Mar 2010 "Teatro Off".

Calificación:


http://teatrosargentinoscritica.blogspot.com/

CRITICUNDER

Criticunder
Blog dedicado a ofrecer críticas y comentarios

Entrepiso, en el Tadrón.




Por: Florencia Di Santo (colaboradora)
Calificación: ★★★★

Dos mujeres, un drama, un encierro, un ascensor, y miles de historias alocadas entremezcladas a través de sus protagonistas es lo que presenta la obra Entrepiso en el teatro el Tadrón, todos los viernes desde las 23 horas.
La obra fue ganadora del premio Estrella de Mar 2010 de Teatro Off, siendo también nominada al premio Argentores en el rubro actuación protagónica de comedia - Pilar Murano-. Realizando una fuerte temporada en una de las importantes ciudades turísticas, como resulta serlo Mar del Plata.
Un ascensor, un lugar de paso diario en un edificio, se detiene por arte de magia en el tercer piso, en el dos mujeres, dos vecinas, con la inquietud de querer salir de un momento a otro, quines empiezan a enlazar sus historias, viajando mediante enojos, fastidios y finalmente llegan a las risas.
Pilar Murano y Paula Liuzzo, dos actuaciones con una fuerte vocación teatral, en donde conforman un dúo, que genera carcajadas en la mayoría de la obra. Actuaciones apasionadas, con ganas de crecer en el ámbito artístico.
El lugar toma un papel protagónico en las escenas, ya que en el cuadrado que vincula a los personajes con el supuesto ascensor, se hace presente durante la impronta teatral. El accidente obliga a sus protagonistas a pertenecer encerradas, juntas y sin una solución a la vista.
Una escenografía a cargo de Santiago Rey utilizando colores fuertes, llamativos, los cuales detienen la intencionalidad del ojo del espectador, creando un dinamismo en las diversas escenas.
La autora, junto a sus protagonistas integran el grupo Los Valijeros Compañía Teatral, agrupación de teatro independiente de Buenos Aires, compuesta por diversos integrantes que están formados en varias ramas artísticas tales como: actuación, circo, música, dramaturgia, canto, títeres.
Un encuentro habitual es lo que la autora Micaela Fariña intento transmitir a través de las diferentes actuaciones, logrando crear una relación, un dúo, un encierro que tendrá un final inoportuno.



http://criticunder.blogspot.com/2010/07/entrepiso-en-el-tadron.html

Radio Cooperativa

ENTREPISO

Los que alguna vez fuimos estudiantes de teatro, sabemos que es casi imposible no haber participado de una improvisación cuyo ámbito estelar haya sido un ascensor. Las variantes sobre el tema deben llevar millones de versiones y por lo general son situaciones que no conducen demasiado a ningún lugar interesante y mucho menos hacia la profundidad.

“Entrepiso” la obra teatral que se presenta los viernes a las 23 hs en Tadrón rompe con lo antedicho y es un ejemplo de que se puede construir una buena historia en un ámbito, por llamarlo de alguna manera, trillado.

Dos mujeres, una de mediana de edad y la otra veinteañera se encuentran encerradas en un ascensor. Son vecinas. Pareciese que se conocen poco….hasta que empiezan a vincularse…y se encuentran…y se desencuentran…vuelven a encontrarse…juegan…el vínculo crece…hasta que se devela la verdad. Algo las une. Y el final…una verdadera sorpresa.

La puesta en escena de Micaela Fariña (también partícipe de la dramaturgia) es acertada, justa, con el ámbito bien delimitado, con una buena calidad lumínica y algunos recortes temporales que hacen crecer la trama. Los inicios “fotográficos” de cada escena también son un acierto.

Las actuaciones son muy buenas y la apuesta al vínculo contribuye al crecimiento de cada uno de los personajes. Tanto Paula Liuzzo como Pilar Murano (también autoras del material) tienen un buen manejo del espacio, de los tiempos, de sus cuerpos y voces.

Tal vez, hilando demasiado fino, pude advertir cierto forzamiento en lo que hace al pre-final…como que le hubiese faltado una escena para que las actrices transiten mejor el camino hacia la definición. Una sutileza que no hace mella en lo entretenido que resulta ver Entrepiso.


Espectáculo ganador del premio Estrella de Mar 2010 "Teatro Off".
Nominado: Premio Argentores/Actuación protagónica de comedia.

Rodrigo Cárdenas

Reseñas del cine y la vida

MARTES 1 DE JUNIO DE 2010

Entrepiso


Entrepiso es la historia de dos vecinas que se cruzan en un ascensor. El ascensor se para. A las vecinas nos les queda otra que ponerse a charlar.

La escenografía, que reduce el espacio de la acción al tamaño de un ascensor, promueve la idea de encierro que sostiene toda la obra. Estas dos mujeres que accidentalmente se quedan encerradas por una dudosa casualidad irán conociéndose hasta descubrir que tienen más cosas en común de lo que creen.

Está bien armada la dramaturgia y la dirección de la compañía "Los valijeros". Es una buena apuesta de un teatro joven, que se percibe fresco y en crecimiento.
Las actuaciones de Pilar Murano y Paula Liuzzo son muy buenas, lo cual es fundamental para una obra de estas características. Logran en escena un buen dúo que genera risas durante la mayor parte de la pieza.

Recomendable.



http://resenasdecineyvida.blogspot.com/2010/06/entrepiso.html

Critica Teatral

Entrepiso

Recorrido interrumpido

Espectáculo con dramaturgia de Micaela Fariña, Paula Liuzzo y Pilar Murano; dirigido por Micaela Fariña.



Un espacio pequeño, en perspectiva.
Dos que se encuentran. Que tenían que encontrarse.
Tres, es el número de piso en que el ascensor no va más.
Una ruleta de eventos y un final inesperado. En un ascensor, en un entrepiso. En un edificio.
La obra juega con la proyección de los espacios no visibles. Los personajes relatan, en su encierro, las historias de esos espacios, y también las suyas propias, bajo la forma de una cordialidad impostada desde el comienzo. La velocidad con que se constituye el vínculo y se definen y delimitan los caracteres de cada una de las dos mujeres, propone una agilidad dramática que tal vez, por momentos, se convierta en linealidad.
Si bien se montan dos secuencias de fotos con el recurso del apagón y una música que aporta ritmo y sugiere suspenso (y allí parece que el espectáculo levantará vuelo en la exploración de los cuerpos en ese espacio pequeño y cerrado, en esa ausencia de palabras en que lo chiquito se vuelve enorme), la apuesta se hace en torno a lo discursivo. Las mujeres hablan, se dicen.
El juego se plantea en este plano, y sólo por momentos se retoma, como pequeña ráfaga, el problema de los cuerpos en el amontonamiento. Y en el silencio. Entonces, la particularidad del espacio -ese hermetismo incómodo- va quedando instalada en la idea, en el planteo dramatúrgico de base, y no tanto en la puesta en escena.
La acción plantea, entonces, un recorrido interrumpido -como el del objeto-, ya que los cuerpos se detienen, para dar lugar a la palabra en forma de relato. Cuando aparece el silencio, los cuerpos juegan; nerviosos o sensibles, fugando hacia donde no se puede o reconcentrándose, haciendo presentes las líneas que recortan su espacio de juego y las que los recortan, a la vez, dentro de ése espacio.
En los momentos en los que los cuerpos juegan, el espacio recupera su forma, su particularidad; la percepción se agudiza, el episodio crece, los personajes trepidan libremente entre la comedia y la tragedia, y las emociones fluyen en distintas e impredecibles direcciones.
En cambio, cuando gana el relato, sin quitarle mérito como recurso en sí, lo cierto es que, en este caso, se produce una especie de achatamiento, porque el cuerpo se abandona, queda relegado a lo que se dice, y la noción del encierro vuelve a aparecer sólo en el desenlace.

Sol Lebenfisz


http://www.criticateatral.com.ar/index.php?ver=ver_critica.php&ids=1&idn=2353

Diario "La Capital", Mar del Plata

Buen teatro en un ascensor detenido
por Susy Scándali
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Dos mujeres viajan en un ascensor. Ambas son jóvenes, Una tiene el pelo recogido, maletín, vestimenta elegante. La otra, informal, pelo suelto, look hipón. Dos vecinas del mismo edificio que coinciden al momento de bajar en el ascensor cada una a su trabajo.
Tras el saludo, la sorpresa: el ascensor se detiene. En un entrepiso.
Tras los primeros instantes de desconcierto, la reacción de cada una de ellas las pinta enteras: Cora -la "formal"- se enoja, se desespera, grita llamando a Ramón, el encargado, que obviamente, está ausente. Lara, comienza a hablar sin parar, trata de desdramatizar la situación, propone juegos.
El tiempo que transcurre lentamente en el ascensor lleva inevitablemente a la discusión apasionada y al diálogo cada vez más profundo, al conocimiento...y al drama.
En la enorme cantidad de propuestas teatrales que -afortunadamente- existen hoy en Mar del Plata, con compañías muchas veces desconocidas para el gran público, con escasa difusión y en espacios poco convencionales -como en este caso lo es Liberart-, siempre se pueden encontrar joyitas como "Entrepiso".
Las intérpretes Pilar Murano y Paula Liuzzo en una tarea impecable, con la no menos impecable dirección de Micaela Fariña, son las responsables de una obra que impacta desde el comienzo, con los congelados de las actrices cada vez que se apagan y se encienden las luces, mientras suena la música -otro acierto de la puesta-. Un texto creíble, situaciones desopilantes, un final impredecible.
La obra tiene todos los aditamentos como para convertirse en una de las propuestas más recomendables a la hora de sentarse a ver buen teatro, ese que a veces no se encuentra en grandes salas.

Nominaciones al Estrella de Mar

OBRA OFF / PREMIO ARGENTORES / ACTUACION PROTAGONICA DE COMEDIA

Nota realizada por Nepo Sandkuhl

26/08/2010
A LAS DE ENTREPISO

“Del amor y las ganas de trabajar... nada más...”
“Hay laburo como apuesta”


Un viernes de agosto, algunas horas antes para que las entrevistadas salgan a trabajar, realizamos la la conversación en el acogedor departamento de una de ellas. Entre risas, entre presentaciones, entre mates, budín, galletas y risas hicimos la entrevista a Pilar Murano (P.M.), Belén Fernández (B.F.) y Micaela Fariña (M.F.).

Este es el diálogo con una de las actrices, la asistente y la directora de la obra de teatro:


N.S. Me gustaría que se presenten, ¿si pudiesen definirse cómo lo harían?

P.M:
Yo soy Pilar Murano y soy actriz.
B.F: Yo soy Belén Fernández y también soy actriz basicamente; y, todo lo que tenga que ver con teatro me interesa.
M.F: Bueno, yo soy Mica, soy actriz, directora y cantante, también se podría decir. Todo lo que tenga que ver con el arte me suma, me llama la atención y quiero investigar.


N.S. Por el momento,¿qué libro, película, revista y música le encantó o le llama la atención?, ¿por qué?

P.M. No leo mucho teatro, ma gusta más la forma novelera para leer. Y de teatro me gusta todo lo que está ahora, esta nueva tendencia, fui a ver todas las obras de Tolcachir. Me encanta.
B.F. Me gusta un poco de todo. Me custa mucho decirte que me gusta. Ahora me encuentré con Dalmaroni que yo no lo conocía. Justo ahora hay dos obras en cartel. Me llegó el libro por casualidad...
P.M. También está “Maté a un tipo”.
B.F. Ah, ¿también?
P.M.
B.F. Bueno, como de golpe me encontré con ese tipo de dramaturgia. Me encantó el humor que maneja, el humor negro; fue como de las pocas cosas que de pronto la leí y me encontré riendome sola en voz alta en mi casa; así que como estoy emocionado con eso. Leo de todo. Hace poco leí “El Pasado” de Alan Pauls. Me gusta leer desde teatro, novela, autoayuda, agarro lo que venga y lo leo; algo voy a encontrar que me guste Para ver, soy poca crítica, es raro encontrar una obra que no me guste. Siempre hay algo que me guste de la obra, siempre va a ver algo que aprender. Soy autocrítica con eso. “La nueva moda”si se podría llamar ahora al teatro que me gusta, me gusta eso como naturalismo, de historias de familias, de historias más normales, menos rebuscadas; también el teatro visual.
M.F: Yo la verdad no leo demasiado, debería leer más. Si soy como más fana de ir a ver mucho teatro. Si tengo tiempo libre... y diner,o claro voy a ver eso. Soy poca crítica al igual que Belén, si considero que hay realmente trabajo, según el criterio de cada uno, claro, soy buena espectadora de eso; saber serparar si hay laburo, Hay muchísimo teatro y hay obras que lo hicieron con nada pero no hicieron con una apuesta, no arriesgaron. Pero cuando uno ve que hay laburo y hay apuesta generalmente me gusta mucho todo eso. Así como directores me gusta muchísimo Veronese, Tolcachir, me gusta mucho todo lo que hace Catalán quien fue una de las personas que despertó en mí las ganas de dirigir, por su mirada, puedo decir que es una de las personas que me influyó mucho. Chavez, todas sus obras que ví... tremendas todas ellas. Me gusta mucho ver teatro.

N.S. ¿Su estética de trabajo cómo la define?

M.F. Yo lo que pienso es que uno intuitivamente va para el lado que como tiene ganas de hacer. Yo por ejemplo, hoy tengo ganas de hacer esto. Inmediatmente se arma un mundo de ficción que te atrapa y que se teatraliza inmediatamente, más allá de que sea real. Tiene ese doble sentido, nada es lo mismo en escena. Por algo está puesto en escena. Son historias de las cuales uno se puede identificar, que siempre están inyectadas de lo normal. "Entrepiso" está más inyectado de lo que en realidad podría ser, está ya a un extremo. Hoy, como inquietud personal es encontrar lo teatral en lo cotidiano del día a día; lo teatral en un ascensor, que puede haber de interesante ahí.
P.M. Muchas veces uno dice cuando estás viendo una obra está muy teatralizado. Si te ponés a observar en la vida cotidiana, las situaciones son mucho más teatrales en la vida cotidiana; o personajes mucho más exagerados.
M.F. De hecho sucedió que hay personas que se sintieron reflejadas con los personajes de “Entrepiso” Salió: “Sí, sí, a me me sucedió lo mismo” Uno creía que estaba tan alejada de la realidad finalmente no lo es.

N.S. A la hora de abordar el trabajo, ¿se plantean la forma que va a tener?

P.M. Creo que no nos plateamos la forma de que tiene que ser. Es real que uno viene con una escuela. Nosotros nos formamos con una fuerte base de clown y por ahí es inevitable que pongamos eso.
M.F. En “Entrepiso” lo que sucedió es que cada una haga lo que realmente tenga ganas de hacer. Veníamos mucho con la técnica Leqoc Hay algo de eso, pero en “Entrepiso” está más encubierto ese truco, digamos. todo de la escuela y está más lo que queríamos hacer.
P.M. A mí como actriz lo que me paso es de sentirme más desnuda, más encubierta. Lo que ocurre en el clown o en ese tipo de técnica uno está cubierto por algo muy payasesco. Acá pasaba más por otro lado. Trabajar desde un lugar... No sé si Interna es la palabra... Más real, ¿qué me podría pasar en esta situación? No creo que la búsqueda no fue ¿Qué pasaría si a este bichito hace esto? No. Yo como mina, ¿qué me pasa acá?
M.F. Hay un punto de comparación. Digamos “Cora es una mujer de 28 años”. Hace que el vínvulo sea más cercano, que no sea yo, pero que Cora tiene algo de una mina que puedo encontrármela en cualquier lugar, puede hacer algo que hago, es más cercano todavía; el desafío están en que no sea yo pero sin embargo tiene cosas mías. En cambio en el clown es muy distinto el encare, es desde otro lugar. La gente que ha venido a ver se les hace muy natural, muy posible. Cada cosa que hacen está como pensada, como ensayada, y es muy difícil creer que todo eso parezca un accidente, parezca natural. Es un mérito de la chicas, de las actrices haber logrado eso, descifrar muy naturalmente eso.

N.S. Empezamos a hablar de “Entrepiso” en general. ¿Cómo es el primer encuentro antes de ir a la sala de ensayo?

P.M. Es más de lo que te decíamos antes. Veníamos de trabajar con el grupo de la facultad que éramos doce. El proyecto surgió de las ganas de trabajar con Pau y Mica juntas. ¿Nos juntamos? Sí. Bueno, algo relajado, a ver que pasa. Fue eso, las ganas de trabajar juntas.
M.F. De hecho fue lanzarnos directamente a la pileta, porque ellas arriesgaban porque yo nunca había dirigido.

N.S. ¿Es la primera obra que diriges?

M.F. Sí... Sí, es la primera que dirijo; tengo dos obras en cartel pero la otra tiene otro contexto, está supervisada, contiene otra realidad. “Entrepiso” era sola con ellas dos. Siempre nos encontrábamos como actrices las tres juntas. Desde poner un grabador y tener el criterio de: “Che, esto va, esto no”. Nos lanzamos desde amor y las ganas de trabajar, de hacer algo juntas y nada más. El único estímulo era: “Che, hagamos algo juntas” y el resto va. Y eso fue como el motor principal de “Entrepiso” y el resto se dio. Y más en el teatro de argentina que se paga, que haya un subsidio a los grupos, no existe nada de eso; entonces, primero las ganas y desde la pasión también; a mi lo que me ha pasado particularmente es que yo las admiro como actrices a cada una de ellas, soy fana, soy fanática, me gusta lo que hacen, soy la primer fanática porque siempre me gustó lo que hacen. Todo eso, articulo algo, ir más rápido, nos comprendíamos, la confianza ya estaba ganada. Creo que en “Entrepiso” se ve un trabajo que venimos haciendo desde varios años.

N.S. El primer encuentro, en el lugar de ensayo, ¿cómo fue?

P.M. Vamos, tomamos un mate y empezamos. Mica puso música, empezamos a caminar a movernos en el espacio, a relajarnos. Mica nos daba estímulos. La primera premisa fue quedarnos con la sensación de ese estímulo. A partir de ahí aparecía un minipersonaje, empezar a interactuar, surgían miles de situaciones, cuando Mica creía que pasaba algo, insistía en eso.
M.F. Sí, me acuerdo del primer ensayo, que fuimos a un lugar. El tener que ir a una sala para ensayar ya organizó. Para empezar hay que ir a tal hora de tal hora, y esto se paga. Inmediatamente nos poníamos a trabajar. Veamos a ver que sale. Y grabamos todo. De esas primeras grabaziones, de esas pequeñas improvisaciones, en medio de la nada salió el ascensor. No es que dijimos: “Che probemos ahora que estén en un ascensor”. Ya el personaje de Paula (Lara) empezaba a aparecer. En un momento salían del lugar ficcional que estaban armando, salen y se metían en un ascensor. El ascensor era muy chiquito y eso duró dos minutos. Cortamos ahí, porque ya era la hora. “Che, ¿un ascensor puede ser?” “No, no”. Ellas no querían ascensor y yo quería ascensor. Al otro ensayo, al otro día, creo que teníamos como días seguidos. Les hice improvisar todo en un lugar que había en la sala como más chiquito. Y era estar. El trabajo ese fue estar. Si se toleraba el hecho de estar sin salir de un lugar.

N.S. Al vacío...

M.F.
Al vacío. Y ese ensayo de hecho fue como revelador, ya que salió muchas cosas que hoy están. Que nos divertimos mucho. Sobre todo eso, además de las ganas uno se tiene que divertir. Yo me mato de risa en los ensayos, no puedo pararme de reír, y eso, por momentos juegan en contra porque ellas se tientan porque... no sé como explicarlo...
P.M. Tan verdadero.
M.F. Tan verdadero que te causa gracias, y ese día salió lo del ascensor. Dos horas y todo lo que hacían a mi me atrapaba... Y luego seguimos sobre ese espacio. Tuvimos improvisaciones de dos horas de hora y media que no hablaban. Era, estaban, mirarse. Una hora que no se decía nada y capaz aparecía algo. Era de estar. Y si ves la obra están todo el tiempo al palo, no hay un tiempo de silencio, pero creo que todo fue eso necesario para ver... bueno...

N.S. El vínculo de los personajes...

P.M. Eso fue caprichosamente una elección de la directora... la relación entre ellos. Mi personaje (Cora), creo, salió más en función del de Paula, porque Paula (Lara) encontró primero eso de ser insoportable, entonces trabajé desde la no tolerancia. Como ella fue bastante insoportable enseguida tomé el rol de...
M.F. Del antihéroe. Del otro
P.M. Claro. De estar en un papel más amargo. De hecho, si vos preguntás a alguien que nos conoce y les contás como son los personajes nos hubieran dado los personajes al revés.
M.F. Si, igual creo que hay algo de la decisión... también mucho se arma de bajar el pensamientos, por ejemplo: de esta charla me queda mucho como conclusiones de trabajo. Entonces con eso, tuvimos charlas muy casuales, yo me acuerdo que ella me dijo: “No para mí, mi personaje, para no decirlo, la pasa esto, tiene esta historia”... Me acuerdo...
P.M. Sí, yo hablaba de la relación...
M.F. Eso, por ejemplo fue una decisión de ella. “Yo creo que mi personaje...” “Ah, bueno, puede ser”. Al otro ensayo inmediatamente se probó. Se generó todo para que ella pueda probar. Había algo que intuitivamente ella construye de decir: “Bueno, ¿por qué le cuesta abrirse? Lo mismo con el vínculo, por algo tiene que estar ahí.
P.M. El vínculo que tenemos Paula y yo... fue tuyo.
M.F. Sí, sí, lo que quiero decir es que podría ser otras posibilidades, pensar en otras circunstanacias donde el ascensor simplemente funcionen y sigan el camino.
P.M. Que sólo sea una anécdota.
M.F. Otra anécdota que no estaría mal, pero sería otro cuento. Pero en lo personal me gustaba efecto sorpresa, si me gustaba que algo oculto atravesara la obra, que no sea develado en el principio o en el medio.
P.M. No caer en el “no pasa nada” a mí me pasa mucho cuando voy a ver teatro.
M.F. Hay una tendencia nueva hoy que el desafío es estar. Es un súperdesafío, lo sabemos. Pero en lo personal si me gusta que esté este efecto shock. Que sea...
P.M. Bife.
M.F. Bife.

N.S. ¿Cómo cayó el nombre de Cora y de Lara?

P.M. Mica nos hace hacer en la improvisación de nombrarr al otro desde la primera intuición, llamarla por el nombre y decís su nombre.

N.S. Mica los bautizó?

P.M. No, los puse yo.
M.F. Viste que al principio de todo, se queda parado el ascensor, que Lara está gritando desesperada para que vengan a abrir. Entonce ella (Cora) va tirando nombres; en esa improvisación fue así y le dije a Paula: “Bueno, hasta que a vos no te diga un nombre que a vos te gusta, seguís gritando”. Bueno, en una tiró Lara y a la otra le gustó y de ahí activo. De hecho el nombre de “Entrepiso” lo puso Pili, es buena para los nombres. Yo decía “Ascensor, ascensor”
P.M. No, no es muy básico. “¿De qué trata? Una obra de teatro de un ascensor.”

N.S. Entrando a la dramaturgia. ¿Cómo definían esto entra, esto no, esta ya es demasiado?

P.M. Cuando decimos que la dramaturgia es de las tres... Yo creo que tuvo una participación mucha más grande Mica, porque de alguna manera ella desde afuera nos plantea una situación; nosotros le ponemos palabras a la situación que fue de ella. Después ella decide, ordena... Parece que estamos medio robando... Pero es así, por ahí uno pone las palabras, pero el título, las ideas las cosas que decía; después graba, desgraba. También decide, esto resulta, esto no.
M.F. Sé lo que iba pasando después. Uno que está afuera ve cosas que uno que está actuando no. A mi me pasa cuando actúo. Sí, desgrabamos y es realmente como un rompecabezas que tengo archivos anotados, momentos copados, hablar de esto, cuando esto estaba así, momentos que me gustó... De ahí, muy caprichoso puzle esto puede ir con esto así, así, azá. Sacar la primera hipótesis, de la hipótesis yo me acuerdo mostrárselas, bueno, a ver ésto. Lo leían. Volvíamos a hacer la escena como leyéndola. Como había pasado la escena tantas veces había material que empezaba a repetir. ¿Qué convienen que digan?
P.M. De hecho hubo escenas que cambiamos a fin de años.
M.F. Lo bueno de hacerlo cada uno, realmente puedes cambiar a...
P.M. ... conveniencia...
M.F. A conveniencia total. Para mí lo que tienen ellas, es que al hacer de cero los personajes, puede saber más de que manera hablaría el personaje. “Falta que diga algo del tono de este estilo...” “Bueno, bueno, lo pruebo”. Finalmente las que ponen las palabras justas son ellas. Por supuesto que teníamos nuestra apuntadora ahí fiel, que se hizo que se respete.
P.M. Mano dura, mano dura.
M.F. Bueno, porque el texto se hizo tan cotidiano, tan posible, es como palabras que hoy usamos, que se empezar a complicar en la tapa final. En enero lo hicimos en Mar de Plata, diciembre queríamos hacer un working progress del trabajo que estábamos haciendo. Llegamos a esa instancias... teníamos todo el texto, pero problemas aprendérselo porque es muy cotidiano y está todo al palo.
P.M. Mica es muy exigente con la letra.
M.F. Quieras o no, organiza para mí eso. Me pasaba que capaz de marcar situaciones y te das cuenta que ese texto no existe o resulta que ese texto es mejor que el otro. Llega un momento que hay como que concretar o sino..
P.M. Limpiar, a hacer las respuestas... Por ejemplo una de las respuestas era “No, bueno, ¿qué te parece?” Entonces Mica te soplaba: “El no de adelante no está en el texto, no lo dijo, queda bien, pero no es” es “Bueno, ¿qué te parece?”. Uno va mechando...
M.F. Lo que pasa es que uno replica demasiado. Como si tuvieras que afirmar lo que el otro dice. Como por ejemplo: “¿Me dás el mate?” “¿Qué te dé el mate?”. Digo, no es necesario como volvera decir que te de el mate, ya el público lo entendió. No hay que subestimar al público, el público es muy inteligente. Y uno tiene que ir más rápido que el público. No es necesario que suene a un bis... para mí. Está bueno tener conciencia de eso. Cuando estamos viendo teatro, el público está ansioso por ver, por entender, por creer, entonces hay un valor extra. Hay que tener cuidado de sorprenderlo y estar como vivo.
P.M. Las preguntas que nos hace el público, el púlico más cercano que son nuestras familias, nuestros amigos no hacen preguntas que yo no me las hice, “no se por qué me están preguntando eso.” Por ejemplo: “¿Por qué no escucha nadie de afuera?” “Y ¿qué quieres que te diga?” Hay cosas que no tienen respuestas.

N.S. Pero se plantearon ¿de dónde venían y a dónde iban?

M.F. Sí...
P.M. ¿Los personajes?

N.S. Sí

P.M. Sí, sí.. de hecho está explicado en la misma obra.
M.F. Sí, sí, eso sí. Ahí ya fue cuando ella (Belén, la asistente) se unió al equipo para hacer lo del texto para que se muy preciso. Respetar ya lo que es. Afirmar lo que es. Es esto y a por ello.
B.F. Fue limpiar. Como tener algo estructurado. Agregar un palabra, o una palabra más o una menos hace que el chiste no se entienda; o que no tenga el mismo peso. Si te contesto de tal manera, con estas dos palabras, genera al otro una respuesta con un beso. No es lo mismo que la rellenes con un montón de cosas. En ese sentido es de limpiar el texto, que ayuda a la escena, no por caprichosa.

N.S. ¿La música cómo se fue dando?

M.F. Casi desde el principio que se dio la idea del ascensor ya usábamos música, es la música que usamos para recibir a la gente de hecho. Hacíamos sí, los de los apaganos, lo que hacíamos en el inicio, eso si se ve. Sí, sabíamo que tenía música. Estábamos con muchas cosas, la escenografía, el vestuario, todo previo al estreno. La música nos falataba. “Bueno, chicas, no nos vamos a preocupar por esto, nos vamos a preocupar por actuar, por hacerlo bien” “Sí, sí, dale, dale”. A la semana, justo conocí a Agustín Flores Muñoz, que yo trabajo en un lugar que soy asistente y él fue a hacer la música de una muestra que estamos por hacer. Y me gustó inmediatamente lo que hizo, me pareció como sencillo y que comprendió rápidamente lo que se necesitaba para eso. Ahí lo llamé. “Che, mira estoy haciendo algo”. La vino a ver. “Mira estamos usando esta música, necesito que dure estos compases, acá haya apagón, ellas hacen esto” Ya había algo organizado.
P.M. Hacíamos los flashes con otra música.
M.F. Hacíamos con otra música, pero ya sabíamos que había 20 movimientos por decirte. “Bueno, acá uno enciende, se apaga, se enciende, se apaga, este momento dura el doble que este”. Ya teníamos el tiempo organizado. Y lo únicop que le dije, es que eso es lo que estamos usando, quiero que tenga un sonido de un ascensor al principio. Y él agarro su guitarra e hizo “piqui, piqui”. Inmediatamente lo entendió. Ya después era como repetir, la última que tuviera otro toque, otra densidad. Hemos tenido mucha suerte con la gente que hemos trabajado también.

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